En el Imperio Romano, cuando fallecía un emperador, el Senado evaluaba el mandato del finado. En la mayoría de las veces, el resultado era positivo y el emperador muerto, pasaba a respetarse en un lugar de honor como el que se les dedicaba a los antepasados.
En algunas ocasiones se producía la Apoteosis y el emperador era nombrado Dios y desde ese momento era objeto de culto divino.
Pero muchas ocasiones, más de 25, el balance se consideró negativo y se declaró la Condena de la Memoria, la Damnatio Memoriae.
Desde ese momento el nombre del emperador era borrado de toda inscripción, documento, fresco o columna. Sus estatuas eran decapitadas y hasta su esfinge en las monedas acuñadas eran totalmente eliminada. Pero esa acción se realizaba de una manera tosca y burda, sin disimular, dejando restos para que se supiera que aquel emperador había sido sometido a esa condena.
Ahora Damnatio Memoriae es el resultado de una reflexión permanente y dolorosa durante un año de mierda y muerte.
Es un ejercicio de catarsis. Es una limpieza necesaria para afrontar otros proyectos fotográficos.
Damnatio Memoriae es un ajuste de cuentas personal.
40 fotografías que se exponen en el Museo Virtual Blanco sobre Negro, hasta el 1 de mayo.
Enlace al Museo Virtual, aquí
No suele ser muy frecuente, que los medios de comunicación presten atención a eventos culturales, cuando la actividad política y las noticias sobre la pandemia acaparan todo el interés.
Por eso resulta muy gratificante comprobar el impacto mediático del ELOGIO A LA LECTURA
Muchas horas pasé con Sebastián de la Obra, pensando y dialogando sobre cuál era la forma más adecuada de exponer las fotografías del ELOGIO A LA LECTURA en el patio del Museo Casa de Sefarad.
¿Cuántas fotografías? ¿Qué formatos? ¿Qué disposición? ¿En qué materiales imprimir las imágenes? ¿A qué altura colgarlas?
Y así estuvimos dialogando y dialogando. Y soñando bocetos.
Al final acordamos colgarlas en 4 alambres de acero a media altura, de tal forma que permitiera leer el libro que el/a modelo leía y el nombre de su autor/a y al mismo tiempo no obstaculizara la visión de las conferencias y debates que habíamos programado.
Y finalmente obtuvimos un diseño expositivo con dos perspectivas diferentes. Una, la de un patio con la ropa tendida y secándose al aire. Y otra, la de un cuarto oscuro analógico, con las fotografías secándose.
Toda exposición necesita de una adecuada promoción. Esta es la promo que José Manuel Rosario realizó sobre el ELOGIO DE LA LECTURA.
Para realizar las fotografías del ELOGIO A LA LECTURA, hemos contado con la colaboración de 14 personas que han posado leyendo uno de los libros seleccionados. Esas personas han sido: Victoria García Gómez, Trinidad Montero, “La Trini”, Elena Fernández-Conde, Diego Casas Cazorla, Adriana Mercad Auil, Ana Espino Cañas, Amalia González-Aroca, José Manuel Rosario Luna, Cristina Bellido Moyano, Isabel Ambrosio Palos, Francis Arroyo Ceballos, José González Bajo, Ciro de la Obra Rodríguez y Sebastián de la Obra Sierra
Del 22 de octubre al 29 de noviembre de 2020, se ha realizado la exposición de fotografías ELOGIO A LA LECTURA, en el Museo Casa de Sefarad, en Córdoba (España).
El ELOGIO A LA LECTURA ha sido un homenaje a los libros, a la lectura y a la actividad de leer.
Leer ha sido siempre una actividad de riesgo. Al Poder siempre le ha interesado un pueblo con poca cultura, porque así siempre será un pueblo más fácil de manipular. Y por eso leer ha sido una actividad destinada a unos pocos, al principio y luego, cuando la imprenta hizo que llegasen los libros a toda la sociedad, se vigilaron, se censuraron y se quemaron.
Pero además leer es una actividad necesaria, en unos tiempos en los que los lerdos presumen de su ignorancia. En una época en que los palurdos, alardean de no haber leído ni un libro.
El Elogio a la lectura ha sido la plasmación en fotografía de las conversaciones mantenidas, desde hace dos años, con Sebastián de la Obra, alma mater de la Casa de Sefarad.