Cuando estamos en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) es un placer contemplar a los africanos y africanas que intentan vender gafas, pulseras y bolsos. El placer estriba en observar la limpieza de sus ropas, el lustre de sus pieles, el armonioso movimiento de sus brazos y piernas y en definitiva su elegancia. Es la elegancia de la etnia wolof, la mayoritaria en Senegal.
Esa misma elegancia puede admirarse en la exposición EL SENEGAL ELEGANTE DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX. ANÓNIMOS DE SAINT-LOUIS Y MAMA CASSET, que se muestra en el Círculo de Bellas Artes, en el marco de PHOTOESPAÑA18, hasta 26 de agosto.
La historia de la fotografía senegalesa comienza en Saint-Louis du Sénégal, capital del Sudán francés, con los primeros fotógrafos africanos que se iniciaron en el oficio en los estudios que dirigían europeos blancos; pioneros que dieron una imagen menos exótica, más moderna y próspera de sus conciudadanos, alejada de la típica imaginería occidental.
La exposición, organizada de la mano de la Fundación Ankaria, recoge treinta imágenes tomadas en Saint Louis por un desconocido fotógrafo africano de esa ciudad. A este fotógrafo le acompaña el autor que más influencia tendrá en toda África occidental: Mama Casset. Aunque pertenece a una generación anterior, su nombre es menos conocido por el público occidental que el de Seydou Keita. La razón es sencilla: su estudio se quemó en 1982, diez años antes de su muerte, y de su trabajo solo sobrevivieron algunas copias vintage y la fama de su renombre. La exposición presenta veinte de estas fotografías de época.
FUENTE: web de PhotoEspaña