Comienza ya a ser algo habitual que la Bienal de Fotografía de Córdoba organice exposiciones que muestran obras que son simplemente hamparte. Obras que te dejan indiferente, que no te emocionan y que no te transmiten nada.
Hasta el 19 de mayo puede verse la exposición PAUL de la fotógrafa madrileña CRISTINA GALÁN
Y como sucede en las obras que son hamparte, hay que acudir a la explicación del artista para saber qué ha querido expresar con su trabajo o qué le ha motivado a realizar esa obra.
"La saturación de imágenes que vivimos en nuestra sociedad afecta de un modo especial a nuestro sentido de identidad. La tecnología y las redes sociales han configurado un sistema que paradójicamente no ha ayudado a la individualización de los rasgos particulares de las personas sino que ha acentuado su homogeneización. Las fotografías de este proyecto exploran, desde el ámbito tradicional del retrato, la subversión de la identidad y la aparición de lo siniestro bajo la superficie visualmente pulida de la realidad.
Paul es una venta(sic) a un mundo de personajes ajenos, que sin duda representan y reflejan una parte de nosotros mismos tanto a nivel individual como social. Unos reflejos distópicos en los cuales mirarnos y reflexionar sobre nuestro momento actual futuro" (Texto de la hoja de sala)