HABITANTES DE LO MÍNIMO es el proyecto artístico que Antonio Guerra, ese ser humano que en el Renacimiento sería feliz y encajaría pefectamente, presenta en la sala de exposiciones CAJASUR.
Por el Casco Histórico y otras zonas de la ciudad de Córdoba, Antonio ha realizado un centenar de intervenciones. Intervenciones sobre desconchones de la pared, muros agrietados o ventanas y puertas deterioradas se constituyen en el habitat primordial para ser complementados por las figuras barrocas de sus pintores favoritos: Johannes Vermeer, Rembrandt Harmenszoon van Rijn, Gabriel Metsu, Bartolomé Esteban Murillo y la reivindicada Judith Leyster.
En la sala se presentan 32 fotografías realizadas a otras tantas intervenciones y que Antonio Guerra enmarca en el Arte Efímero. ¿Pero que es efímero? ¿En qué escala temporal nos situamos? ¿En la geológica? ¿En la del autodenominado homo sapiens? ¿O en la de algunos insectos como las efímeras cuyas vidas duran cinco minutos? En un sentido amplio, todo es efímero y si no que se lo pregunten a las obras milenarias de Egipto, Grecia y Roma, que anoche destruyó el fuego en el Museo Nacional de Río.
Dice Antonio Guerra: "Habitantes de lo mínimo es una invitación a cambiar nuestra manera de vivir la ciudad, de generar un nuevo paradigma interpretativo sobre ella, una excusa para mirar en lugar de ver. Desde el punto de vista técnico, Habitantes de lo Mínimo es una acción que genera un espacio sobre el que hacer coincidir la pintura, la fotografía o el collage".
Ahí es nada. La exposición y su grandeza.
Visiten y disfruten con la grandeza de esta exposición.
Sean felices con ella.
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